lunes, 10 de diciembre de 2007

Lavandería Laurita


Era tarde para Laura, siempre a las carreras, de la escuela al servicio, del servicio al trabajo, del trabajo a su casa, de su casa a la escuela siempre era lo mismo. Dormía entre clases, en el trabajo y muy pocas veces dormía en su casa. Todo el día como relojito trabajando.

La pequeña abogada de papá, licenciada, orgullo de su pueblo, pero esa no era la realidad. A los 27 años no había ejercido su carrera y ahora estudiaba la maestría, para ver si así sobresalía y cumplía los sueños de su padre, había trabajado en todo, cada trabajo peor que el otro, ahora trabaja en el que consideraba el peor, pero la paga era buena y al jefe le gustaba ella; así que todo era un poco más fácil.

Trabajaba en una lavandería, metía ropa a la lavadora, a la secadora, luego las doblaba y por último las empacaba, todos los días de 4 a 10 de la noche, kilos y kilos de ropa todos los días, pero la paga era buena 500 pesos a la semana y domingo descanso, era el trabajo perfecto, si no fuera por los detalles.

Era una lavandería cerca de una universidad, así que la mayoría de los clientes eran estudiantes y no podía decidir que era peor, sino el olor a culo o el olor a pies, bóxers apestosos versus calcetines, era una cuestión difícil de decidir y eso no era todo, playeras sudadas con manchas desconocidas, calzones de mujer con rajas de canela, calzones con flujo, tangas mugrientas, blusas olorosas a tabaco y perfume barato. Era el reflejo de lo que siempre quiso hacer y nunca será.

¡Mojigata! Le decían en la escuela, que era una santurrona, pero no era así, era su papá, nunca la dejó salir, una hija de familia no puede salir a altas horas de la noche, ni vestirse como puta, ni maquillarse, no la dejaban hacer nada, fue su gran tormento durante la vida escolar, ahora no le importaba su juventud moría latentemente y ella nunca había probado el alcohol, ni el cigarro, católica de derecha rezaba por temer a dios, no por el deseo de hacerlo; como todos los demás.

Nunca supo lo que fue tener novio, hasta los 24 años, se enamoro tontamente de Pedro, un formal y radiante abogado, con buenos sentimientos, iba a su casa a convivir con la madre, parecía personaje de novela de García Márquez, tal vez uno de los tantos Aureliano Buendía, la casa de ella parecía de principios del siglo veinte, su madre era buena mujer y su padre inspiraba respeto, el buen Pedro, temeroso pero seguro pidió la mano de Laura. El padre acepto celoso, su hija estaba dada, esa misma noche el padre de Laura murió un infarto fulminante, Laura pensó que ella lo había ocasionado por esas locas ideas de casarse, la realidad era otra.

Laura prefirió no casarse y dejó a Pedro, ahora a los 27 años nadie la pelaba, estaba sola, su madre empezaba a ser una carga y ella seguía con la escuela, el servicio y la lavandería. Lavando ropa que nunca usará, oliendo aromas que no son de ella, chocada de la vida y del amor, los trenes no pasan ya, pobre de Laura la globalización no le afectó. Y esos calzones como apestan.

Esa noche su jefe la invitó a cenar, su jefe tenía 56 años, aparentaba menos y ella tenía 27 años, esa noche Laura entregó su virginidad con unos fuertes berridos de su jefe, no sintió nada, ni placer, ni repugnancia, Laura se secó las lágrimas y sonrío. Mañana le iba bien en el trabajo. Pero aún así no decidió que es peor si los calcetines o los bóxers o por qué no, esos calzones.

Todo está bien


Era de esos días en que todo le iba bien, se levantó y decidió tomarse un baño, desayuno solo, como siempre, pero hoy no importaba, todo iba bien, tan solo tenía que pensar en ella para que todo fuera bien.

Le dieron ganas de cagar y cagó, se limpió y vio el papel, ni una sola partícula de mierda, había salido sin mancharlo, perfecto, pensó en lo bien que iba todo. Se lavó las manos y dientes, se puso perfume como su papá le había enseñado, sólo en el cuello y sin restregarlo por el cuerpo y nada de ponerlo en la ropa, el perfume la manchaba. Cogió su mochila y salió rumbo a la escuela; todo iba bien.

-Vengo por mi boleta.
-¿Apellidos?
-Pérez Ricaño.
-Solo pasaste una, mijo, tienen que venir tus papás por ella.
Mierda pensó, pero no importaba, todo iba bien, al sólo pensar en que estaría con ella todo iba a estar bien.

No tenía amigos, así que saco su novela prohibida y empezó a leer, en una escuela como en la que iba, leer a ese autor estaba prohibido, a él no le importaba todo iba bien, pero en ese mismo instante el director pasó por donde estaba.
-¿Qué lee Pérez?
-Nada.
-A ver- observo el nombre del autor y puso de cara espanto, de asco, de déspota.
-Otra vez leyendo basura Pérez, ya sabe las reglas, que vengan sus padres mañanas y por supuesto me quedó con esto- Tomo el libro y se fue. No le importo en lo más mínimo, todo iba bien.

Miro el reloj; diez quince, aún tenía tiempo de pensar, antes de que llegara ella, cuando ella llegaba, todo iba tan bien, que él simplemente no pensaba, sólo pensaba en lo bien que le iba con ella. Sonó el celular, era su papá.
-Hijo
-Padre
-¿Qué tal tu día?
-Bien, oye tienes que venir a la escuela mañana
-¿Otra vez?
-Ahora fue Bukowski…
-Bueno, eso no importa hijo, tengo algo que decirte..
-¿Qué pasó?
-Es tu madre….nos divorciamos.-
Mierda pensó, pero ya lo veía venir, aparte todo iba bien, que importaba eso ahora y colgó el celular.

Al fin llegó ella y se fueron al bulevar a hacer las cosas simples que suelen entretenerte cuando estas enamorado y luego piensas y dices “A la madre, ¿cómo hice eso?”. Pues eso mismo hacía cuando ella le dijo:
-Novio.
-Novia.
-No puedo seguir con esto, no eres lo que pensé.
-¿Qué?
-Lo siento.

Se fue sin decir adiós, se quedó mirándola irse y luego pensó en todos los problemas que tenía y que al parecer no le importaba, pensó todo lo que un hombre puede pensar y al final dijo “todo va bien…tiene que estar bien”.

Y las cosas no estaban bien….nada iba bien.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Jinetera


¿Sabes? Gil también me contó de sus experiencias con las putas.

Hacía tiempo que no me sentía tan bien, ella se había llevado mi cartera y mi reloj, pero me importo en lo más mínimo, había tenido el mejor sexo de mi vida y era justificable, esa mujer no solo había robado mis cosas; también había robado un pedazo de mí.

Era viernes por la noche y todo apuntaba en que no pasaría nada interesante, desde la tarde había unos nubarrones y a cada rato un rayo se dejaba caer, yo salí de mi casa a buscar un poco de ron y fui al oxxo más cercano a comprar la sustancia activa. Un viento de muerte se asomaba en cada esquina, la lluvia estaba a punto de caer, y así fue cayó a 2 cuadras antes de llegar a mi casa.

Decidí esperar bajo la carpa de una tienda que ya estaba cerrada, paso un largo rato y la lluvia no bajaba, así que abrí el ron y empecé a beber, en lo que la lluvia paraba.

Fue cuando la vi, venía corriendo con los tacones en una mano y la bolsa en el otro brazo, un vestido blanco todo mojado y sucio por el agua sucia de las calles, maquillaje corrido y el pelo todo revuelto, morena, los pezones erectos por el frío, llegó a la misma carpa en la que me encontraba y mi pene reaccionó.

Me volteó a ver y me tiro una risa coquetona. Estuvimos un rato bajo esa carpa sin que nada pasará, y me dijo -¿Me podrías dar la hora por favor?-, vi el reloj eran la 1:30 de la mañana; -Son las 2- le contesté; -Mierda, ya se me arruino mi noche- por un momento observo la botella de ron que llevaba -¿Qué no me vas invitar un trago?- perfecto, pensé y le alcancé la botella, bebió un buen trago sin escarmientos y otra vez silencio.

Soy pésimo para ligarme a mujeres, pero ellas siempre venían a mí; la lluvia por fin cesó y me dijo, -gracias por los tragos- y empezó a caminar; no podía dejar que esto pasara y le grité –Oye, ¿Y si nos acabamos el pomo en mi casa?- caminó de regreso y la llevé a mi casa.

Entramos y olvidamos la botella, solo nos besábamos, me acariciaba y yo la toqueteé toda; no podía respirar pero no importaba, entramos a mi cuarto y hicimos al amor varias veces; por fin me quede dormido con ella a mi regazo.

Hacía tiempo que no me sentía tan bien, ella se había llevado mi cartera y mi reloj, pero me importo en lo más mínimo, había tenido el mejor sexo de mi vida y era justificable, esa mujer no solo había robado mis cosas; también había robado un pedazo de mí.

Me levanté de la cama y me observe por la ventana, la luz del sol era fría, volví a acostarme, era una jinetera sin duda y yo me había enamorado de ella. Me volví a acostar para oler ese aroma de mujer. ¡Pinche jinetera, puta!.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Prototipo


Sin duda gil, ha vivido algo más que nada; esto me contó de una inundación:
Ya me tienen hasta la verga los putos helicópteros, todos los putos días es lo mismo, desde que se inundo la puta ciudad, todos los días vienen helicópteros con comida, celebridades y personas del gobierno, las tres necesidades del ser humano, alimento, diversión y mierda para la cabeza.

Empezó a llover un jueves y para el lunes ya estábamos hundidos en la mierda, en la vil mierda, como en un escusado, caga y no le jales, orina y no le jales, vuelve a cagar y no le jales, orina y no jales y así y así hasta que un día se desbordara y terminara siendo una porqueriza en el piso de tu baño, así fue aquí en la ciudad, la lluvia sucia, se mezclo con el agua de las alcantarillas y que quedo como resultado; una ciudad inundada de mierda. Eso sin contar a la gente. Si contara a la gente sería demasiada mierda en esta historia.

Pues si, empezó a llover un jueves y para el lunes ya estábamos hundidos en la mierda, entonces la ciudad se hizo un caos, el agua llegaba hasta los segundos pisos, en algunos lugares hasta el tercero, yo vivía en unos edificios feosos, así como cubanos noventeros, vivía hasta el último piso, el cuarto para ser exacto, un asco de apartamento, pero lo suficiente para vivir, el único inconveniente era bajar por el alcohol, sabes lo que es subir al cuarto piso de un edificio con 6 sixs de huevos de toro, es mucho trabajo y mucho más para un huevón como yo.

La ciudad era un caos, pero para mí todo era normal, yo seguía con mi misma forma de vida de todos los días, dormir, levantarme, escribir, beber, escribir y volver a dormir, la comida no era problema, nunca lo era, el alcohol era un serio problema, siempre escaseaba, pero por esos días había robado de un bar 3 barriles de cerveza, ese bar era muy bueno, tocaban rock y vendían cerveza muy sabrosa, tan sabrosa como la que me había robado.

Esos barriles, salvaron mi vida, pero eso es otra historia, otra historia es la mujer que me acompañaba, estaba conmigo desde hace tiempo, estuvo conmigo en pobreza, en riqueza y nuevamente en pobreza, le tenía confianza y ahora le tocó vivir conmigo la inundada, así que para el domingo en la noche comprendí, que por algunos días, el cuarto sería mi jaula, contaba con una mujer y con cerveza, que podía salir mal.

Muchas cosas salieron mal, muchas, pero solo te contare esta; era viernes, 5 días sin energía eléctrica, sin poder salir y mi única distracción era esa mujer, así que tuvimos sexo muchas veces, la clave del sexo es la rapidez y la dureza, créeme un día hazlo lento y otro día hazlo rápido, veras muchos cambios, en los cambios estaba el truco.

5 días sin energía eléctrica y con tu pareja al lado como única distracción es la formula correcta para hacer el amor, creo que lo hacíamos como 8 veces por día, era como Sodoma y Gomorra pero sin manifestación divina, era genial o eso creía hasta que llegó el sexto día, era muy temprano, me acababa de levantar para tomar un trago de esa cerveza de barril, caliente con un consomé, si podía picaba cebolla, sacaba unas tostadas y me bebía esa cerveza, me senté en la cama, acaricié el muslo de mi mujer y empezaba a tocar su entrepierna, ella solo se movió con un gesto de placer, un suspiro de maldad cuando de repente ¡VERGA! UN PUTO HELICOPTERO PASO POR LA PUTA CASA, todas las pinches paredes retumbaron, los cuadros se cayeron, volaron los vidrios por toda mi puta sala, ya me tienen hasta la verga esos putos helicópteros, pasan 3 veces por día con comida, celebridades y personas del gobierno, las tres necesidades del ser humano, alimento, diversión y mierda para la cabeza.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Amistad



Me gusta cuando gil hablaba de cuando era jovén, la otra vez nos explicó lo que es la amistad.


Amistad, ¿sabes el significado de la palabra amistad? John Boham hacía solos de 20 minutos de batería, para que Robert Plant y Jimmy Page tuvieran sexo en ese tiempo; eso es amistad.

Esa era la amistad que tenía con unos amigos en esa época de mi vida, Daniel y Luis, desde pequeño jugábamos en el patio de la casa con esos g.i. joes, luchadores, hotwheels y cuantas ocurrencias pedíamos de niño, fuimos creciendo y eventualmente nuestros gustos cambiaban, hasta que ahí a principios de prepa nos enganchamos con la mota.

Los 3 íbamos en diferentes escuelas, yo iba en una particular, Daniel en la federal y Luis en la estatal, pero como éramos vecinos, nos juntábamos todas las tardes a fumar mota. Fumar y platicar, esos eran buenos días.

Ese tipo de vida es genial, levantarse, desayunar, perder tiempo en la escuela, comer, fumar droga, platicar, ir con la novia; si no tenías novia te masturbabas, si tenías novia ella te masturbaba, cenar, volver a fumar y dormir, eso era vida.

Pero a mediados de tercer semestre preparatoriano hubo escases de la sustancia activa, nos empezamos a poner muy erizos y teníamos que comprar algo para pasar el rato, romper la rutina es pecado y no nos podíamos dar el lujo de hacerlo.

Decidimos comprar con un dealer que le surtía a un amigo, el pedo es que este hombre es un peligro, no pertenecía en esta época hubiera sido un buen vikingo o un buen bárbaro y nosotros éramos tres mocosos con los calzones con residuos de mierda y semen, así que nos cagábamos de miedo comprar con ese tipo, pero era tanto el antojo que decidimos comprar, el segundo problema que teníamos es que no había nada de dinero, así queríamos empeñar el reloj del abuelo de Luis con el dealer y luego recuperarlo.
Luis berreaba que no iba a dar el reloj, pero ahí estaba el buey con el reloj en la mano y caminando hacia casa del dealer, los tres nerviosos como quinceañeras en primera cita romántica y llegamos a casa de Dealer, Dealer nos abrió y nos preguntó qué ¿Quién nos había mandando?, Adrián contestamos los tres torpemente,-¿Cuánto quieren?-,-Pues cincuenta varos serían brutales- se metió a su casa y saco un paquetito.

Le explicamos lo del reloj y accedió, le entregó la droga a Luis, le mire los ojos para ver su reacción al darle el reloj, pero no lo hizo, salió corriendo hacia la calle, me quede inmóvil unos segundos, no sabía qué hacer, así que solo hice lo que se me ocurrió, correr con Luis y al parecer Daniel también lo hizo, corrimos un buen tramo y creo que el dealer ni nos siguió.

Llegamos a un punto seguro y le reclamé a Luis por su estupidez, él ni me hacía caso solo preparaba un churro, así que lo apresuré y lo fumamos, enseguida sentí el toque y me tranquilicé, dicen que la marihuana te calma, es verdad.

Fumamos otro par de churros y nos dimos cuenta que el Dealer barbárico vendía excelente calidad y nos pusimos hasta la madre de marihuanos, platicamos una infinidad de temas los cuales no recuerdo absolutamente nada, solo lo que te cuento, así que nos empezamos a morir de hambre, nos dio el bajón y corrimos al mini súper mas cercano.

Caminamos riendo de nuestras estupideces, rumbo al súper, creo que era Luis que contaba una experiencia con su novia, una gordita en ese entonces, reímos como locos, como idiotas, como nunca lo haremos de nuevo ahora que somos adultos y pertenecemos al mundo real y ahora esas risas son de antaño, risas que quisiera regresaran en mi vida, pero que no volverán.

Abrí la puerta del mini súper, cagándome de la risa, cuando de repente sentimos el golpe de realidad, fuma mucha marihuana, pon algo de música, recuéstate un rato y párate verás la realidad en su máxima expresión, eso fue lo que sentimos cuando abrí la puerta del mini súper, ahí estaba pagando el Dealer, el dealer barbarico, el mismo dealer al que le habíamos robado, comprando una coca y un pan bimbo, nos quedamos quietos, nerviosos, con nuestros calzones cagados, nos voltea a ver, tenía los ojos rojos, completamente marihuano y solo nos tiro una risa, pagó y se fue del lugar.

Reí nerviosamente y robe un gansito y unas galletas, salimos y nos cagamos de risa, por que el debía de estar igual o más marihuano que nosotros.

John Boham, tocaba solos de 20 minutos para que sus amigos cogieran en el backstage, eso es amistad, esa como la que tenía con Daniel y Luis en esos años, años de risas.

martes, 20 de noviembre de 2007

La Hermana de Carlos

Estaba platicando con gil, de sexo y me contó esto:

No hay nada como rascarse el espacio entre los huevos y la pierna, rascarse un buen rato y después sacar la mano de ahí y olerse los dedos, un extraño aroma al que estamos acostumbrados, pero siempre ocultamos. Huimos de nuestra propia repugnancia como si fuera algo malo y en realidad es todo lo contrario.


Me rasco los tenates/tanates y me huelo la mano antes de dormir, todos los días, es algo normal en mi rutina diaria, rascarme y dormir, los fines de semana varía, en fin de semana sería “rascarse, oler, masturbarme, volverme a rascar, volver a oler, volver a masturbarme y dormir”. Empezaba a hacerlo, es decir me rascaba, cuando sonó el timbre de mi casa.


Me asomo por la ventana y veo la silueta de Carlos, me dice –Gil, guárdame esto- y me entrega un paquete por la silueta del mismo sabía que era droga, pero no sabía cuál podría ser, conociendo a Carlos solo podría ser marihuana, y en efecto lo era, 2 kgs para ser exactos, ¿Sabes lo que es 2kg de mota?. Es mucha mota, lo suficiente para una persona en un año, o tal vez para seis meses, conozco personas adictas a la mota, y la mota no causa adicción.


Le dije que se la guardaba, pero que tenía que dejarme por lo menos 200 gramos, una buena cantidad para un tiempo y realmente ver tanta mota me antojaba fumar un poco, me dijo que sí me la daba pero con una condición. Temía saber la condición, pero estaba muy corto de dinero, así que lo haría, -Es cogerme a tu hermana, ¿Verdad?- Solo sonrío y se fue.


Ahora masturbarse no era una opción, tenía que fumar un poco de la droga de Carlos, así que me prepare un buen churro, lo prendí y lo fumé. No hay nada más relajante que un buen churro, sonó el celular, era un mensaje de Carlos, que fuera a su casa, a cogerme a su hermana.


El pedo de cogerse a la hermana de Carlos, no es que su hermana sea una persona mala o algo así, si no que es una gorda, toda carnes, que en lo más mínimo me interesa en mi vida sexual, es una gorda enorme, ya saben, de esas con un trasero inmenso, pequeñas piernas, senos enormes y longa en lugar de vagina, prefiero masturbarme que cogerme a esa mujer, pero soy un hombre de palabra y cambie droga por cogerme a la hermana de Carlos y tenía que hacerlo.


Nunca he sido un hombre guapo, pero al pensar en que estoy a punto de coger con la hermana de Carlos, me hace pensar en que merezco una mujer hermosa en mi vida, pero por ahora, soy de la hermana de Carlos por un rato, unos 15 minutos, venirme en ella, fumar un cigarro, platicar unos minutos y huir de ahí y después, fumar un buen churro para olvidarlo. Y tal vez masturbarme, no lo sé.


Llegó a casa de Carlos y me abre su hermana, la condición de cogerse a la hermana de Carlos, es nunca decirle que nos acostamos con ella por droga, sino que nos acostamos con ella, porque es atractiva, es por eso que tengo que hablar con ella antes del acto, seducirla es fácil, ella es una putita, que le encanta comer y no me refiero a comida. Habló con ella y a los 5 minutos ya estamos cachondeando en el viejo sofá.


Nos seguimos besando unos minutos y empiezo a acariciarle una pierna para buscar su entrepierna, pero entre tanta carne es algo imposible, ella me toma la mano y me guía, siento su vagina mojada, es asqueroso, pero por algún extraño motivo, tengo una erección enorme y estoy demasiado excitado.


Es preciso para mí, meterme en ella, no resisto más, la llevo al cuarto, donde otros varios, tal vez cientos, tal vez miles, han hecho el amor con ella, la acuesto en la cama y me zambullo en ese mar de carne, busco su vagina y introduzco mi miembro en ella, me vengo justamente después de meterme, no duré nada, me siento avergonzado, pero terriblemente excitado, ella se ríe de mí, empiezo a creer que yo soy el humillado.


Me dice –No te preocupes, eres joven, vamos por el otro- No quise, me negué, me siento aterrado, en haberme excitado así con una mujer en lo más mínimo atractiva. Corro a mi casa, prendo un cigarro, mientras hago un churro, prendo el churro, me acuesto, me rasco los huevos, me huelo, me encuentro terriblemente excitado y me masturbo, me vengo y todo eso pensando en la hermana de Carlos.

martes, 6 de noviembre de 2007

Something




Oyendo una rola de los Beatles, Gil me contó sobre Pedro.




Pedro era un Jaguar, hijo de familia mexicana, con la sangre azteca en sus venas. Creció comiendo tortillas, tamales, gorditas, picadas, panuchos y todos los derivados de la masa. Conoció el bolero, la salsa, el cha cha cha y el danzón, pero aun así fue rockero.



El rock le llegó al corazón por ahí de los 60, fue hijo de los primeros gringos mexicanos, Los Rebeldes del Rock, Los Teen Tops, Los Locos del Ritmo, Los Hooligans, Los Hermanos Carrión, Los Crazy Boys, Los Camisas Negras grupos que cantaban covers de la escena inglesa y americana de ese entonces, conoció a los Beatles por un amigo en el 64 y allí cambió a su vida.



Pedro huyo de la selva de concreto, huyó por que le tocó el movimiento estudiantil y siendo el estudiante, no le quedó otra que salir a la carretera. Llegó a Tijuana en el 66 y jaló a San Francisco en el 67, se fue para allá a alcanzar a su primo y vivir el sueño americano.



Una pareja de yuppies muy alivianados le dieron el aventón a Pedro a San Francisco, cómo casi no hablaba inglés les agradeció el viaje con un “Suave”. Lo botaron en un parque. Una misteriosa gringa le dijo “Welcome to the dream” y le metió una oblea en la boca a Pedro. Pedro probó el LSD.



Pedro regreso a México después de la matanza del 68, sin ningún remordimiento de haber fracasado en América y de que sus hermanos estuvieran muertos. A la semana de estar en su casa, comprendió que ese ya no era su hogar. De regreso en la carretera no dejaba de pensar en esa canción de Dylan “¿Cómo se siente, estar sin hogar, como un completo desconocido, como una piedra rodante?”. No dejaba de reír, mientras un pulgar se alzaba y pedía viaje a Tijuana.


En Tijuana, Pedro, se entero de las loqueras de Kesey y de Thompson, se impregno de rock y siguió sintiendo esa necesidad de viajar, fue esa necesidad que lo hizo regresar al estado de México para loquear en Avandaró. Bailó y participó en esa orgía de sangre y drogas.


Después de la corretiza de Avandaró, Pedro viajo con unos pipopes a Guadalajara, donde le habían dicho que también se rockeaba, conocío a Claudia, una pipope, y entre el “Suave” y el “Groovy” le metieron al danzón y Pedró cayó en el amor.


Cayó, pero no tan reció y decidió ir al sur, para encontrarse con un amigo de la prepa en Veracruz, en el puerto el rock no entraba recio, así que Pedro se encontró con el son y el huapango y le entró al cotorreo.


Un día se encontró a su hermana por Oaxaca y le dijo que su mamá ya estaba muerta, Pedro la enterró con un poco de tequila en el corazón. Después de ver a su hermana, decidió regresar al DF por culpa del remordimiento.
Caminaba Pedro por el centro de ciudad de México, cuando se topó con una cara llena de recuerdos, era Claudia pero retecambiada, teniá una exposición de pinturas en una galería cerca del café Tacuba y se llevó a Pedro a ver las pinturas.


A los tres meses hicieron como que se casaron y vivieron en un cuartucho, careciente de lujos, pero lleno de amor. Pedro no aguanto tanto encierro y se fue para la carretera.


Llegó a Acapulco, por la noche y durmió en la playa y vió las estrellas por primera vez, sintió el retortijón de lo que es amor y pensó en Claudia. Despertó en medio de la marea alta y se dió cuenta que en Acapulco no se rockeaba, regresó al DF al calor de Claudia.


Claudia lo abrazó con los brazos a abiertos, y el perdón en el corazón. No tuvo más remedio que dejar que durmiera entre sus piernas para que Pedro encontrará su hogar. Bienvenida la muerte chiquita.


Conocí a Pedro, hace 3 años en el Chopo y era todo un mexicanote era un Jaguar, era el prototipo del rockero Mexicano. Aún estaba con Claudia. Nunca se casaron. Pedro me dijó que su canción favorita es esa de “No quiero dejarla ahora, creo y de qué manera, que en alguna parte de su sonrisa ella sabe que no necesito otra amante”.

domingo, 28 de octubre de 2007

Besos en la Azotea


Gil me contó de un amor que tuvo; más o menos fue así.


A los quince me quede sin padres, así tuve que vivir un tiempo con Don Ferruco el padrastro de mi padre, que ironía nos da la vida, ya que lo odie tanto como mi padre lo debió de haber odiado a él.

El primer recuerdo que tengo de Don Ferruco, es la lluvia, cuando me mandaron con él, me encontraba devastado por la muerte de mis padres, así que fumaba cigarros como chacuaco, al llegar a la casa de Don Ferruco, encendí un cigarro antes de tocar la puerta.

Toqué la puerta, salió Don Ferruco, y me pego un bastonazo en la cara, caí al suelo del dolor mientras él me gritaba –Ningún, hijo de la chingada va a fumar en mi puta casa-, y me mandó a dormir en la calle mientras llovía.

Don Ferruco se había casado con la Europea, le decían europea por dos motivos, era peluda y francesa, ella tenía una hija con Don Ferruco unos dos años mayor que yo se llamaba Magali, mi tía si así podría decirse, era hermosa nada que ver con su mamá, era blanca como la nieve y su pelo castaño me hacía recordar el otoño, mi estación favorita.

Magali tenía 17 años e iba en una prepa de gobierno, yo tenía 15 años y apenas iba saliendo de la secundaria, estudiaba en una privada, pero los directores no tuvieron el valor de cobrarme el resto de mis estudios, total, solamente faltaban unos meses para que se acabase el ciclo escolar, Magali era muy rara, en la casa se la pasaba encerrada leyendo libros en su cuarto, al contrario de mi ya que me las vivía en las calles de vago con mis amigos.

Don Ferruco era jubilado y la europea cantaba en una vieja cantina, así que entre los dos mantenían la casa, más la europea que el viejo Ferruco así que literalmente me odiaba y nunca me hablaba, Magali por influencias de su madre tenia prohibido hablarme así que nunca cruzábamos palabras, solo algunas miradas cuando íbamos a la iglesia.

Fue en la iglesia cuando hablamos por primera vez, la misa había terminado y salí al parque para fumarme un cigarro ya que aunque Don Ferruco no le gustaba, me dejaba fumar fuera de la casa, fumaba tranquilamente en una banca , cuando una voz que nunca había oído me dijo –Regálame un cigarro antes de que me vea mi mamá- era Magali pidiéndome un cigarro, lo prendió, fumó y me echo todo el humo en la cara mientras me decía- A las 10 en la azotea-.

Dieron las 10 de las noche, salí por la ventana y me trepe por las protecciones para llegar a la azotea, ella ya estaba ahí y me dijo –Que pendejo eres, ¿para crees qué están las escaleras?- mi pena solo me dejo decir –¿Para qué venimos aquí?-, -Pues te debo un cigarro, te lo vine a pagar, venga fúmatelo conmigo- Así que los dos fumamos sin decir nada solo contemplando el cielo, cuando por fin me dijo –Y que pedo, ¿Cómo te llamas?.
Seis meses viviendo ahí y ni se sabía mi nombre. –Jesús, igual que mi padre-,-El padre de todos, dirás- y los dos reímos por un largo rato.

Al día siguiente encontré una nota en la mesita de noche, que decía, “Jesús nos vemos en la biblioteca municipal a las 4”, todo el día no deje de pensar en eso y moría por que dieran las cuatro, llegué a las 3:30 a la biblioteca, y me senté en las escalinatas a fumar, cuando llegó ella con un grupo de amigas, las amigas siguieron su camino y se quedo conmigo, se sentó junto a mí y le dije –¿Qué hay Maga?, ¿entramos a la biblio?-,-Ni madres, vamos al cine de la vuelta, quiero ver acción- y me guiñó un ojo.

Pagamos las entradas y entramos a la sala, nos sentamos, platicábamos ella me hablaba de libros y de música, pero yo no sabia ni jota de eso yo solo sabia de maquinitas y de fútbol, así que solo asentía, apagaron las luces y me dijo –Jesús, ¿Vamos a ver la película o hacer otras cosas?-, mi cara de incrédulo contestó y nos besamos, como por dos horas, ni se de que trato la película, al salir íbamos tomados de la mano y le confesé todos mis secretos respecto sobre lo que sentía por ella, solo sonrío y me volvió a besar. Entró ella primero y yo me espere quince minutos para no levantar sospechas.

Esos días fueron los mejores de mi vida, vacaciones, me gradué de la secundaria con honores, solo por que murieron mis padres, Don Ferruco cada vez era menos culero conmigo y la europea cantaba todas las noches, así que todas las noches me fajaba con Magali en la azotea. Me regalo un libro, “Las Batallas en el desierto”, no pensaba que los libros fueran tan divertidos, así que empecé a leer solo para complacerla.


Por esos días nos escapábamos en las tardes para ir a hacer cosas de novios, mi tía era genial y nos amábamos locamente todas las noches nos besabamos en la azotea.

Leía “La tía julia y el escribidor” solo para hacerle una broma a mi vida, cuando la europea llegó y dio un grito desgarrador, baje las escaleras y Don Ferruco estaba tirado en el suelo, un infarto, o eso dijeron, ese día estuve en mi cuarto toda la noche, mientras oía los murmullos en el cuarto de Magali, esa noche no dormí, Don Ferruco era el único familiar que me quedaba no sabía que sería de mí

En la mañana siguiente Magali me lo dijo todo, la europea planeaba vender la casa para irse a Francia su lugar de origen y que se la llevaría, por más que le pidió quedarse, la europea no cambió de opinión. Tres días después la europea me lo confirmo y me dijo que me podía ir a vivir a la calle o me llevaba a un orfanatorio, opté por la calle y en la calle sigo.

La última vez que vi a Magali fue en el aeropuerto, antes de irse, ella me vio a lo lejos y le pidió permiso de ir al baño a la europea, nos encontramos en el pasillo del baño y nos besamos locamente. Nunca más la volví a ver.


De ahí Gil se fué meditando.

Cumpleaños


Gil, cumplio años y me lo conto así:


Recuerdo que se acababa de terminar la segunda botella de tequila cuando Carlos empezó a hablar de la chava de la que esta enamorada, el pobre buey sigue obstinado con una mujer que nunca le hará caso. Todos les dan consejos y le dicen palabras para animarlo la verdad yo me abstengo, esa perra nunca lo va a pelar. Así que sigo tomando tequila mientras veo a una pareja manosearse que están a mi lado. Siempre me gusta ver ese tipo de cosas y más si las parejas son raras y amorfas me cago de la risa.

Eran las dos de la mañana muy tarde para ir a un lugar y muy temprano para meterse, así que juntamos dinero y fuimos a compras Brava, que es la peor cerveza que se puede tomar, un albañil es mas digno y compra caguamas, nosotros no teníamos dinero ni para eso. Fui a comprar las bravas con el metralla, le decimos metralla por tartamudo y me intento contar una historia que le había pasado la semana pasada, pero entenderle algo a ese cabrón es muy difícil y la verdad su tartamudeo me caga de la risa, así que hago lo que siempre hago cuando estoy con el, asentir la cabeza.
Llegamos a la tienda y una cola impresionante, todos con cervezas en las manos, era una muy bonita escena chavas haciendo cola para entrar al baño, se podía ver de todo desde fresas impacientes con cara de susto, hasta las gatas de las colonias mas feas de la ciudad, todo en esa cola. Esto me recuerda que todos los seres humanos somos iguales, todos tenemos necesidades en este caso mear.

El metralla fue por las bravas mientras yo observaba, este tipo de lugares me ponen nervioso, pareciera que los ricos y los pobres fueran amigos, pero en realidad se odiaban y siento que en cualquier momento ocurriría una desgracia.

Pagamos las cervezas y compramos unos cigarros, al llegar con los demás estaban trepados en la camioneta, dije algo como –que pedo- y Carlos contesto –nos invitaron a una fiesta, súbete- Me subí con miedo por que Carlos estaba ebrio, pero confié en sus habilidades para conducir, grave error, todo el camino estuvimos a punto de chocar varias veces y se subió a tres banquetas, si existe un dios, en ese momento estuvo con nosotros.

Al llegar a la fiesta no conocíamos a nadie así que hicimos lo que cualquier persona hace al llegar a un lugar donde no conoce a nadie: lucirse, caminábamos como en fiebre de sábado por la noche y todos se nos quedaban viendo hasta que Carlos tropezó y tiro la cerveza, todos lamentaron lo de la cerveza y luego le empezaron a mentar la madre, parecían una bola de animales, pero es que somos animales todos.

Me aterrice en una silla y Carlos me siguió los demás se habían perdido, empezó a decirme algo de la chava que le gusta, pero no lo oí, yo estaba en el limbo del estado de ebriedad, me encanta ese momento, todo es lento y lejano, solo piensas en no dormirte y entonces mientras contemplaba al vació fue cuando la vi, ella también me miraba, al comprender que me miraba la mire a los ojos y me sonrió coquetamente. Que diablos hacia una mujer coqueteándome y lo peor es que no decidía si ir a ver que pedo con ella o quedarme sentando, aparte andaba pedo y eso es crucial.
Nunca he sido maricón y menos cuando me creo galán por andar en mi estado etílico, me pare y le pregunte que por que me sonría, dijo algo de que le recordaba a un familiar, le pregunte su nombre pero no lo recuerdo creo que era rosa no estoy seguro y la platica siguió fluyendo, me dijo - esta es mi casa no quieres conocer mi cuarto- eso son las cosas que siempre recuerdas, son cosas que no se olvidan nunca.

Entramos a su casa y olía a casa de clase media-baja, ese olor por algún extraño motivo me gusta, entramos a su cuarto y tenia pósters de grupos musicales de mierda, había una pequeña tele que me recordó a una que tuve hace varios años y tenia una gran colección de peluches, odio a esas madres me dan miedo y me ponen nervioso. Miraba su cuarto cuando sentí sus labios juntos a los míos, así que le conteste el beso. Besaba bien, deduje que era una puta, pero en ese momento me valió madre, un buen palo siempre me baja la peda y me alza el ánimo.

Cogía muy bien y disfrute mucho al hacerlo con ella, cuando acabamos me pidió mi celular y mi nombre le dije Gerardo e invente un número que no es el mió. Lo peor que me podía pasar en estos días era que una puta se enamorara de mí. Simplemente mi familia no lo aceptaría.

Salí del cuarto y Carlos estaba vomitando mientras Juan lo ayudaba, eso siempre me da asco así que fui a buscar un cigarro, la vieja me seguía y me quería hacer platica la ignore el resto del tiempo que estuve ahí. Espero que eso la haya echo comprender.

Conseguí mi cigarro, agarre una latita de cerveza y me senté en la banqueta a fumar y a pensar en lo que acababa de hacer, siempre me da ese remordimiento después de hacer algo así, pero con otra lata se me olvidaba, Carlos se me acerco y me dijo –we, es hora de irnos- le conteste que si y nos largamos de ese lugar. Ni siquiera me despedí de ella.

Arrancamos con dirección hacia mi casa, por que yo soy el que vive mas lejos eran ya las cuatro de la mañana pero Juan dijo –muchachos, vamos a un putero- todos dijeron que si al unísono, mierda ahora tenia que ir a huevo a un putero, lo peor es que se supone que ya nadie tenia dinero, ahora todos tenían dinero.

Fuimos al “Dreams” la verdad es un buen lugar, las bailarinas no están tan mal y la bebida no es tan cara, no hay maleantes en ese lugar solo maestros y obreros es decir el proletariado, nos estacionamos y todos entramos alegres, había una joven bailando, muy buena, güera, con buen trasero y buenos senos la verdad fui feliz al verla, cuando la vi a la cara, tuve una gran sorpresa, era mi vecina de enfrente. La hermana de unos de mis mejores amigos bailando en un tubo medio encerado y mostrando todos sus atributos, verla fue lo mejor que me pudo haber pasado ese día, ver a la mujer con la que siempre me masturbaba bailando frente a mi, al verme solo pudo hacer algo y la verdad lo comprendo. Salir corriendo a los camerinos.

Me quede tan sorprendido que no dije nada, nos sentamos y pedimos una cubeta, el plan era una cubeta y nos íbamos. Vimos a las chicas bailar pero no deje de pensar en mi vecina en todo el resto de la noche. Nos fuimos del Dreams y Carlos dijo –no mames we, me van a meter la verga- eran las 6:30 de la mañana. Arrancamos y me fue a dejar a mi casa.

Al llegar observe la casa de mi vecina y pensé en que estaría pensando ella, abrí la puerta de la casa y mis papas no estaban, entre a mi cuarto y me acosté a dormir. Diablos cumplir quince años fue lo mejor que me pudo haber pasado.


Si así fue a los quince años, no quiero saber a los veinte.

¿Quíen es Gil?


He conocido a mucha gente en el mundo pero nunca conocí a nadie como gil, la primera vez que lo vi no supe qué decir de él. No sé cómo describir a gil, porque no se qué pensar de él, creo que tampoco gil se conoce. Lo único que puedo hacer a gil es poner una lista de cosas que note de él.
Léanlas, tal vez así conozcan a gil.


· Le gusta el cine, pero no el de arte.
· Se hace como el que escribe.
· Le gusta el hardrock, el pop rock y todo lo relacionado con el rock.
· No le gusta la poesía.
· No le gusta beber pero lo hace.
· Le gusta ver caricaturas.
· Le gusta el humor negro y la desgracia ajena (aunque no lo admita).
· Dice Van Jalen no Van Halen.
· No cree en nada.
· Es positivista y existencialista osease gilista.
· Se enamora fácilmente, pero se desenamora muy difícilmente.
· Le gusta leer.
· Fuma droooooga no droga.
· No le gusta ver deportes solo fútbol americano y skate.
· Es vicioso del internet.
· Es vicioso de la música.
· Ama a los zombies.
· Tiende al valemadrismo.
· Le da risa y miedo, pero si obedece a la morsa.
· Le gusta tener insomnio.
· Le gusta dormir.
· Dice que Led Zeppelin es mejor que los Beatles.
· Le da flojera seguir con esta lista.


Eso es solo una parte de gil, no creo poder conocerlo ni ahora ni nunca, tal vez después. Gil me pasa cosas para meterlas al blog y son las cosas de gil que pondré en el blog. Sigan leyendo a gil.