miércoles, 21 de noviembre de 2007

Amistad



Me gusta cuando gil hablaba de cuando era jovén, la otra vez nos explicó lo que es la amistad.


Amistad, ¿sabes el significado de la palabra amistad? John Boham hacía solos de 20 minutos de batería, para que Robert Plant y Jimmy Page tuvieran sexo en ese tiempo; eso es amistad.

Esa era la amistad que tenía con unos amigos en esa época de mi vida, Daniel y Luis, desde pequeño jugábamos en el patio de la casa con esos g.i. joes, luchadores, hotwheels y cuantas ocurrencias pedíamos de niño, fuimos creciendo y eventualmente nuestros gustos cambiaban, hasta que ahí a principios de prepa nos enganchamos con la mota.

Los 3 íbamos en diferentes escuelas, yo iba en una particular, Daniel en la federal y Luis en la estatal, pero como éramos vecinos, nos juntábamos todas las tardes a fumar mota. Fumar y platicar, esos eran buenos días.

Ese tipo de vida es genial, levantarse, desayunar, perder tiempo en la escuela, comer, fumar droga, platicar, ir con la novia; si no tenías novia te masturbabas, si tenías novia ella te masturbaba, cenar, volver a fumar y dormir, eso era vida.

Pero a mediados de tercer semestre preparatoriano hubo escases de la sustancia activa, nos empezamos a poner muy erizos y teníamos que comprar algo para pasar el rato, romper la rutina es pecado y no nos podíamos dar el lujo de hacerlo.

Decidimos comprar con un dealer que le surtía a un amigo, el pedo es que este hombre es un peligro, no pertenecía en esta época hubiera sido un buen vikingo o un buen bárbaro y nosotros éramos tres mocosos con los calzones con residuos de mierda y semen, así que nos cagábamos de miedo comprar con ese tipo, pero era tanto el antojo que decidimos comprar, el segundo problema que teníamos es que no había nada de dinero, así queríamos empeñar el reloj del abuelo de Luis con el dealer y luego recuperarlo.
Luis berreaba que no iba a dar el reloj, pero ahí estaba el buey con el reloj en la mano y caminando hacia casa del dealer, los tres nerviosos como quinceañeras en primera cita romántica y llegamos a casa de Dealer, Dealer nos abrió y nos preguntó qué ¿Quién nos había mandando?, Adrián contestamos los tres torpemente,-¿Cuánto quieren?-,-Pues cincuenta varos serían brutales- se metió a su casa y saco un paquetito.

Le explicamos lo del reloj y accedió, le entregó la droga a Luis, le mire los ojos para ver su reacción al darle el reloj, pero no lo hizo, salió corriendo hacia la calle, me quede inmóvil unos segundos, no sabía qué hacer, así que solo hice lo que se me ocurrió, correr con Luis y al parecer Daniel también lo hizo, corrimos un buen tramo y creo que el dealer ni nos siguió.

Llegamos a un punto seguro y le reclamé a Luis por su estupidez, él ni me hacía caso solo preparaba un churro, así que lo apresuré y lo fumamos, enseguida sentí el toque y me tranquilicé, dicen que la marihuana te calma, es verdad.

Fumamos otro par de churros y nos dimos cuenta que el Dealer barbárico vendía excelente calidad y nos pusimos hasta la madre de marihuanos, platicamos una infinidad de temas los cuales no recuerdo absolutamente nada, solo lo que te cuento, así que nos empezamos a morir de hambre, nos dio el bajón y corrimos al mini súper mas cercano.

Caminamos riendo de nuestras estupideces, rumbo al súper, creo que era Luis que contaba una experiencia con su novia, una gordita en ese entonces, reímos como locos, como idiotas, como nunca lo haremos de nuevo ahora que somos adultos y pertenecemos al mundo real y ahora esas risas son de antaño, risas que quisiera regresaran en mi vida, pero que no volverán.

Abrí la puerta del mini súper, cagándome de la risa, cuando de repente sentimos el golpe de realidad, fuma mucha marihuana, pon algo de música, recuéstate un rato y párate verás la realidad en su máxima expresión, eso fue lo que sentimos cuando abrí la puerta del mini súper, ahí estaba pagando el Dealer, el dealer barbarico, el mismo dealer al que le habíamos robado, comprando una coca y un pan bimbo, nos quedamos quietos, nerviosos, con nuestros calzones cagados, nos voltea a ver, tenía los ojos rojos, completamente marihuano y solo nos tiro una risa, pagó y se fue del lugar.

Reí nerviosamente y robe un gansito y unas galletas, salimos y nos cagamos de risa, por que el debía de estar igual o más marihuano que nosotros.

John Boham, tocaba solos de 20 minutos para que sus amigos cogieran en el backstage, eso es amistad, esa como la que tenía con Daniel y Luis en esos años, años de risas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja ese personaje del dealer es genialll ha mm no se porke me parece tan familiar ese relato..cuidate

Dany*Pf dijo...

Sólo en situaciones así se revelan los verdaderos amigos..!! =)
Escribes muy bien..!! Te leeré más seguido!!