jueves, 16 de octubre de 2008

Rídiculos

Llego a Kenfucky Shit Chicken, en realidad no quería ir ahí, pero tenía mucha hueva en caminar. Pediría el combo universitario dos piezas y un refresco por 30 pesos, solo tengo para eso. La chica que atiende me sonrie amablamente y pide mi orden, le sacó platica y me ignora. Una opresión más.

Los colores de Kenfucky me marean y me entero con desagrado que el refresco no es rellenable, los tipos estaban cerrando, llegué justo a la hora, de repente la chica de las ordenes se sienta conmigo, me dico que ya salió y que a donde la llevare.

Suelo ser honesto, mentir no es lo mío y le digo con toda sinceridad que si quiere ir a mi cuarto a tener relaciones sexuales conmigo, me dice que sí. El mundo sonríe conmigo.